martes, 24 de noviembre de 2009

Represión en España

Represión en España
(Una noticia breve de periodismo ficción)

John Brown

El relevo de José María Aznar por su homólogo Zapatero despertó hace ya años esperanzas de suavización del régimen. Suscitó también expectativas sobre un cambio en los rígidos esquemas económicos neoliberales del país que mejorara la vida de los ciudadanos. La ilusión se acrecentó con la llegada al poder de Barack Obama, del que se esperaba una suavización de la relación de subalternidad impuesta al país desde hace más de 50 años.
Nada se ha producido conforme al guión de los mejor intencionados. Permanece, pese a medidas alentadoras, el grueso de la injusta y contraproducente sumisión al gigante estadounidense; la situación económica se agrava en España hasta extremos críticos para la mayoría de la población; y su sistema político se mantiene implacable. Un informe del relator especial de las Naciones Unidas para la tortura constató recientemente la plena vigencia del estado policíaco. El trabajo del relator, realizado durante los últimos años sin colaboración de las autoridades, ilustra el deplorable estado de los derechos humanos en el país, donde el régimen emplea sistemáticamente los arrestos arbitrarios, las farsas judiciales y los malos tratos (de éstos pueden hablar con propiedad numerosos presos vascos y otros presos políticos y comunes de otras zonas). El régimen, que mantiene en prisión a la mayoría de los disidentes detenidos en las redadas contra el independentismo vasco, utiliza a discreción la aborrecible figura penal del "entorno terrorista", que le permite seguir encarcelando por decenas a ciudadanos por conductas "cuyos objetivos políticos coinciden con los de los terroristas". Las últimas redadas del País Vasco recuerdan los momentos más sombrios del régimen español.

Madrid se muestra blindado debido a la complacencia internacional. Los países de la UE quieren que España utilice su presidencia para suavizar la intransigencia de ciertas ONG de derechos humanos con la monarquía postfranquista por su atropello permanente en este terreno. Uno de los logros más importantes cosechados por el régimen ha sido el aval dado a la ilegalización de los partidos independentistas vascos por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. A la luz del diagnóstico de las ONG de derechos humanos es probable que España aproveche el trampolín que le brinda la presidencia de la UE para oponerse radicalmente a la imprescindible democratización del régimen del 18 de julio.
(Esta breve no aparecerá desgraciadamente en ningún periódico. Se trata en lo esencial del texto que lleva el título sumamente orginal de « Represión en Cuba » aparecido en un importante diario del Estado español al que he aplicado algunas modificaciones)

4 comentarios:

Samuel dijo...

Acertadísimo. Un abrazo.

Anna dijo...

Te posteo en mi blog. Si te molesta dímelo y lo suprimo.
Un trabajo fantástico.

Iohannesmaurus dijo...

Gracias, por los comentarios, pero el mérito es de los que llamaba una vieja canción de la Comuna de París "les journalistes policiers" (los periodistas policías) y su inenarrable prosa. No es desdeñable la función directa de policía que ejerce hoy la prensa.

En cuanto a lo que dice Anna, no me molesta en absoluto que postee todo lo que quiera en su blog o donde le parezca, por el contrario, es una honra.

JB

Gonzaga dijo...

Hola, el otro día recordé tu post leyendo este artículo de Carlos Taibo en "Público": http://blogs.publico.es/delconsejoeditorial/398/chechenia-aniversario-olvidado/

Mutatis mutandi, y salvando que el conflicto de Euskadi es menos atroz que el de Chechenia, convendrás conmigo en que los argumentos de fondo son aplicables por estos pagos. Y Taibo suscribiría esta opinión. Sin embargo, la línea editorial de "Público" con respecto a Euskadi viene a ser la misma que la de los demás diarios oficiales de España.

También es cierto que es el único que se hace eco de los informes de AI sobre los derechos humanos en España. ¿Puede ser una señal de esperanza? Ni idea. Pero me da igual si "Público" cambia. Lo que quiero que cambie es el planeta (iba a poner "el mundo", pero así me ahorro juegos de palabras).