domingo, 28 de junio de 2015

Podemos y la Hidra

(Este es el texto en castellano de mi primera colaboración con la página web de la agencia nacional de noticias griega AMNA. Este texto aparecerá próximamente en griego en la mencionada página web)



Un  monstruo político recorre hoy la España de la crisis y la austeridad. Ese monstruo, como Proteo, cambia de forma y se adapta a las circunstancias. Es capaz de mutar. Primero se llamó en 2011, 15M, en recuerdo de la ocupación de las plazas de las principales ciudades, después se llamó Podemos y obtuvo así una nueva dimensión : ya no era simplemente un gran foro de debate político abierto a todos, sino también un instrumento para acabar con el mal gobierno y traer gente normal a las instituciones. Lo logró inicialmente en las elecciones europeas pasando de la nada a 5 diputados. Posteriormente, no paró su subida en los sondeos, llegando a ser la primera fuerza política del país. Esto normalizó Podemos como partido y lo convirtió en buena parte en una máquina electoral, perdiendo así su frescura y la pluralidad y horizontalidad heredadas del 15M. Era algo normal, pues todo partido, como nos enseña Louis Althusser, es un elemento del aparato político de Estado y se define en el "juego político " en oposición a los demás partidos, igual que en un sistema lingüístico los distintos elementos se definen por la oposición de sus rasgos constitutivos. Sin embargo, la sorpresa vino con las elecciones municipales donde candidaturas apoyadas por Podemos, pero que iban mucho más allá de Podemos ganaron las elecciones en las principales ciudades del país. Esto demostró que una organización que pretende una transformación del sistema político no puede estar solo dentro de él, también debe mantenerse fuera, perturbando el sistema con elementos extraños que este no sabe procesar. Hoy, nos encontramos en la recta final para las elecciones generales. Una gran mayoría del electorado popular exige hoy apertura y pluralismo, confluencia de todas las fuerzas que se oponen a la austeridad y al pillaje del país. Solo una fórmula plural y que retome como en las municipales el contacto directo con la ciudadanía tiene posibilidades reales de vencer y de prolongar el movimiento iniciado por Syriza en el otro lado del Mediterráneo. Esta fórmula no puede ser un partido como los demás, ni siquiera una suma de partidos, sino un nuevo monstruo, un Podemos recombinante convertido en hidra de mil cabezas, en esa bestia representativa según todos los oligarcas, desde Platón hasta nuestros días, del pueblo que tanto temen. 

jueves, 18 de junio de 2015

El 15M de la casta


"El hombre no es ni un ángel ni una bestia, y por desgracia quien hace de ángel hace de bestia» 

(Blaise Pascal, Pensamientos, 329)

1.
La dimisión forzada de Guillermo Zapata como concejal de cultura del gobierno municipal madrileño presidido por Manuela Carmena podría ser un acontecimiento de primer orden, de aquellos que cambian aspectos decisivos del juego político. La presentación oficial de esta dimisión así como la versión dada por el propio Zapata intentan hacer ver esta enorme concesión a la campaña de desprestigio orquestada por los medios de todas las derechas (incluidos los de Prisa) como un acto moral. Este acto mostraría que los representantes de la "nueva política" cuyos exponentes son Podemos y Ahora Madrid, "no son como ellos", entendiéndose por "ellos" los políticos de la Casta. Es ciertamente de agradecer que un representante no se aferre a un cargo y que no tarde en dimitir cuando la gente que lo ha elegido se lo exija, pero una dimisión no tiene el mismo significado cuando responde no a una demanda de la ciudadanía, sino a una campaña despiadada de propaganda de una derecha que no acepta haber perdido el bastión madrileño y el barcelonés. Más absurda es aún esa dimisión cuando contra el concejal ayer dimitido no había ninguna acusación mínimamente sólida que no fuera más allá de algunos chistes de mal gusto contados o citados entre comillas en el marco de una discusión en Twitter sobre los límites del humor.


2.

Como demostraron sobradamente Franco, Mola y Yagüe, las clases dominantes españolas tienen mal perder y tienen asumido que el poder político les corresponde en propiedad. Cuando un gobierno elegido no les conviene hacen lo posible y hasta lo imposible por quitárselo de encima. En un caso extremo, allá por 1936, liquidaron además del gobierno a una parte significativa de sus apoyos sociales, asesinándola y enterrándola en cunetas o mandándola a la prisión o al exilio. Hoy, esta derecha se vale de otros medios. Utiliza los distintos aparatos de Estado, policial, judicial y administrativo así como los numerosos medios de comunicación a su servicio, para buscar en la vida de los ciudadanos que la incomodan elementos que permitan denigrar a un adversario político percibido como enemigo. En las redes sociales, este poder poco escrupuloso con la legalidad ha encontrado una mina y extrae de ella todo lo que quiere. Es muy fácil, en efecto, que en una red social como Twitter o Facebook haya fragmentos de conversación poco adecuados o incluso impresentables. El espacio de las redes sociales es un espacio que contraviene las grandes oposiciones jurídicas entre lo público, lo privado y lo íntimo. En las redes estos espacios que el derecho reconoce como cualitativamente distintos se confunden y el comentario estúpido, el chiste malo que todos hemos contado a un amigo durante una conversación pasa a ser de dominio público si no se toman algunas precauciones que nadie toma.

3.

Era costumbre de los gobiernos totalitarios tender trampas a los ciudadanos. Una que se utilizaba en la antigua República Democrática Alemana consistía en tolerar que los habitantes de las grandes ciudades practicasen un pequeño tráfico de divisas con los visitantes occidentales. Este tráfico se observaba discretamente y se documentaba a veces con fotos, pero no pasaba nada, hasta que un día algún ciudadano realizaba algún acto de carácter político poco grato pata el régimen: ese día, la policía y la justicia caían sobre él acusándole no de un delito político, sino de tráfico de divisas. Algo semejante está ocurriendo en España desde la constitución de los ayuntamientos de Madrid y Barcelona. Desde anteayer, operaciones que debían estar en marcha desde hace tiempo han dado sus frutos. Rebuscando en las redes sociales, los "periodistas" de la derecha encontraron los tuits de Zapata y de otros concejales así como diversos mensajes de éste y de otros concejales de Ahora Madrid en otras redes sociales. Se trataba de mensajes políticamente incorrectos emitidos en el marco de conversaciones relajadas, como las que se tienen con un amigo en un bar o paseando. El resultado de esta indecente campaña político-mediática ha sido la intimidación general de los usuarios de las redes sociales. Se trata para el poder de cancelar, sin necesidad de recurrir a ninguna medida de excepción la libertad que existía en ese remedo virtual de espacio público que son las redes. Ese temor a expresarse con libertad es el primer golpe duro del 15M al revés que estamos viviendo.

4.

El segundo golpe de esta operación de rearme de la derecha ha sido de índole moral. Si el 15M había logrado desautorizar a una clase política y a un régimen entero asimilándolo con la corrupción y el secuestro de la democracia por intereses privados, el 14M, con la dimisión forzada de Zapata ha supuesto un viraje completo, de 180 grados. La derecha ha sido autorizada con esta dimisión  a juzgar a los cargos electos votados por los ciudadanos en candidaturas municipalistas plurales y abiertas. A partir de ahora cualquier ciudadano no afecto al régimen puede verse expuesto al juicio de las derechas, por cualquier tontería, un tuit, un comentario, un mal gesto, registrados en Twitter o Facebook. Además, el moralismo "progre", pronto a culpabilizar a quien como todo ser humano normal no es impecable, ha hecho el juego de la derecha más hipócrita e indecente pretendiendo que "nosotros no somos como ellos". A falta de verdaderos contraataques que desautoricen a estos severos jueces, cómplices de La Gürtel o de la Púnica o apologetas del totalitarismo franquista, las derechas (incluida la izquierda de la derecha que es el PSOE) habrán ganado una importante batalla simbólica, porque la "nueva política" ha renunciado al combate.

5.

El problema es que nosotros sí que somos como ellos, que uno de los principios de toda ética democrática es reconocer que no existen diferencias absolutas entre los hombres, que siempre a ciertos niveles, todos los hombres nos reconocemos como iguales, como semejantes. Como decía Maquiavelo, "no hay más que vulgo". Esto solo quiere decir que todos los hombres estamos sometidos a las pasiones, que todo ser humano tiene dentro de sí, como dice mi amigo Carlos Fernández Liria recordando muy pertinentemente los escritos de Freud sobre el chiste, un infierno y una cloaca, parcialmente disimulados por el lenguaje, el saber, la civilización... La derecha siempre ha visto la cloaca y el infierno en el otro, siempre para ella fue la multitud objeto de temor y de desprecio. ¡Cómo van a gobernar estos si solo se mueven por pasiones! ¡Cómo van a gobernar estos ignorantes! proclaman sus propagandistas. Ellos se presentan como los dignos de gobernar, como los racionales, como los que controlan sus pasiones, mientras que el pueblo es una terrible hidra de mil cabezas que hay que contener y alejar del poder. Fascina ver cómo la indignación moral de los progres, que censuran con afectado horror las imperfecciones y pasiones de Zapata o de otras personas normales que han llegado a puestos institucionales antes reservados a las derechas, hace el juego de los propagandistas antidemocráticos. Estos no sólo no contradicen la moralina y la censura de los progres contra los "pecadores", sino que podrían retomar las propias palabras de los moralistas de izquierda:"nosotros no somos como ellos".

6.

En la historia de Zapata y en todas las que vendrán no se dirime ninguna cuestión moral. La derecha no reprocha a Zapata y sus compañeros unos tuits con chistes negros, ni unas declaraciones provocadoras, lo que detrás de la más hipócrita de las censuras morales les reprocha es que los hayan expulsado de unas instituciones que consideran suyas. Las instituciones son para gente como ellos y no para quienes se jactan de "no ser como ellos". Ellos no necesitan justificarse incluso cuando cuentan chistes de tiros en la nuca y de cunetas en las redes sociales o en las tribunas de las instituciones, ellos no son tan delicados y no censuran a los suyos: dicen barbaridades y las hacen y además se arrogan el derecho a juzgar quién es moralmente digno de participar en las instituciones y quién no. Ellos tienen el poder social y político: asentaron su hegemonía inicialmente sobre el terror y luego sobre el desarrollo económico. Con el acoso a los municipios democráticos recién elegidos, lo que intentan es revertir los efectos hegemónicos del 15M, volver al poder tras un episodio de "izquierda" lo más breve posible, tener ellos mismos su 15M.

PS. Hoy, parece que las cosas han cambiado un poco y que desde la dirección de Podemos y desde Ahora Madrid se está manifestando solidaridad con Rita Maestre. Ante lo que es a todas luces un golpe blando contra las instituciones democráticas, solo un fuerte contraataque por parte de los sectores sociales que apoyan el cambio -tal vez incluso un nuevo 15M- podrá frenar la ofensiva y salvar a los nuevos gobiernos municipales de cambio.

lunes, 15 de junio de 2015

Reflexiones al hilo del "no asunto" de los tuits de Guillermo Zapata

Reflexiones al hilo del "no asunto" de los tuits de Guillermo Zapata

1.
No creo que las hienas que bombardearon Irak, ni los buitres que organizan desahucios tengan autoridad moral para criticar a Guillermo Zapata, compañero que juró ayer su cargo de concejal en el ayuntamiento de Madrid añadiendo a su juramento la frase de Thomas Müntzer "Omnia sunt communia" (Todo es común, todo es de todos). También se excluyen de la comunidad humana capaz de juzgar moralmente nuestros negacionistas nacionales, los que niegan el peso enorme que hacen pesar las cunetas sobre la vida de nuestro país convertido en un inmenso "país de Antígona" que no entierra ni honra debidamente a sus muertos.
A mí, personalmente, me repatean los chistes antisemitas. Soy contrario a la existencia de Israel como Estado exclusivamente judío, pero no aguanto el "socialismo de los imbéciles" que siempre ha sido el antisemitismo. Dicho esto, me niego a demonizar a Guillermo, que es un valioso compañero y que no es ni un antisemita ni un monstruo de inhumanidad. Me niego a demonizarlo, porque sé que todo inconsciente tiene la potencialidad de ser fascista, el mío incluido, y que todo chiste tiene que ver con ese inconsciente y sus peligrosas cualidades. No solo yo he hecho chistes de mal gusto contra diversos grupos humanos, sino que los han hecho también, delante de mí, miembros de estos mismos grupos. A veces, la mejor defensa frente a este humor es aplicárselo a uno mismo y, como es sabido, los más terribles chistes de judíos los cuentan los propios judíos. Ni Spinoza ni Marx son una excepción.
Es siempre cómodo culpar al otro y hacer de él un monstruo de inmoralidad. Es útil para apartar la mirada propia y ajena de ese monstruo que hay en todos y cada uno de nosotros y que se aloja en nuestro inconsciente. Un monstruo que se llama en la terminología del psicoanálisis "pulsión de muerte". Es útil señalar a alguien como un malvado, porque nos permite esto desatender la pulsión de muerte que anida en todos nosotros y cuya gestión se llama civilización, ética y política. Decir que el otro es monstruoso es pedir tolerancia para tus propios crímenes. Franco se inventó una conspiración comunista contra España para justificar su brutal guerra colonial interna en la que sus compatriotas de las clases populares fueron tratados como "Moros del Norte", esto es exterminados como las cábilas del Rif. Hitler también justificó su dictadura y su expansión colonial en Europa del Este así como el exterminio de los judíos de Europa como una defensa frente a una supuesta "conspiración judía." Hoy, la misma gentuza criminal que banaliza las cunetas del pasado o los suicidios por desahucio de hoy, se atreve a enjuiciar a Guillermo Zapata para desviar la mirada del monstruo que hay en ellos y del que nunca, a diferencia de Guillermo -que ha hecho otras muchas cosas en la vida, cosas decentes, civilizadas y hermosas que contradicen el anecdótico fascismo de esos chistes tontos- estos señores y señoras hoy tan críticos y moralmente exigentes se han ocupado, pues ellos siempre se han refugiado en la "buena conciencia" que, como recuerda Hannah Arendt es caracterísica de los canallas. Como sabía Sócrates, solo un canalla tiene la conciencia tranquila, pues a los demás, los que nos sabemos divididos, nos espera incluso cuando estemos solos una vocecita interior, esa reflexión de uno sobre uno mismo que sigue espoleándonos para que la buena conciencia no haga de nosotros auténticos criminales. Eichmann fue todo un ejemplo de buena conciencia, Sócrates siempre se hizo preguntas sobre sus actos y su vida...

2.

Si alguien piensa que hay que pedirle a Guillermo Zapata su dimisión por haber citado unos cuantos chistes malos, crueles y racistas en tuiter en el marco de una discusión sobre los límites del humor; no entiende el sentido de la campaña de la derecha contra Guillermo. Esta gente, la que jamás ha condenado el franquismo ni su alianza con Hitler, está indignada, legítimamente indignada, pero no por un chiste racista (enunciado o citado), sino porque los hemos echado de instituciones clave. A Guillermo le han hecho la misma trampa que a Pablo Iglesias cuando hicieron un montaje -goebbelsiano- de unas declaraciones suyas en la Uni de verano de IA en las que, para descalificar a la Hizquierda Berdadera insurreccionalista citaba los términos que esta suele usar.
Si para apaciguar a la derecha o complacer el purismo biemprensante de cierta izquierda se hace dimitir a Guillermo, no tardarán en exigir más carnaza y no tardarán tampoco en encontrar cualquier motivo peregrino de este tipo. La paz, decía Montesquieu, nunca se compra, pues quien te la ha vendido se cobrará, y te la volverá a vender cuantas veces quiera.

3.
Si alguien cree que la operación de desprestigio contra Guillermo Zapata es nueva, se equivoca. La prensa de ultraderecha ya hizo lo mismo con unas declaraciones de Pablo Iglesias en las que unas palabras que él criticaba se las atribuyeron como propias montando imagen y sonido. Algo muy parecido ha ocurrido con Guillermo Zapata, quien citaba chistes de pésimo gusto dentro de una conversación sobre los límites del humor. Ni Guillermo Zapata es antisemita ni lo ha sido nunca, ni Pablo Iglesias es un defensor de la violencia.
Si a cada manipulación propagandística tiene que dimitir alguien, no vale la pena presentarse a las elecciones.

4.

Aquí no se trata de apoyar a un amigo personal o político por encima de los propios criterios de decencia, sino de conservar el mínimo necesario de rigor lógico y ético. Si un político del PP citara un chiste sobre los muertos de las cunetas y lo pusiera entre comillas diciendo que está más allá del límite del humor aceptable, lo único que tendría que decir es que tiene razón. Lo que pasa es que en ciertos sectores de la derecha española no se conocen ni las comillas ni aquello que se llama "decencia común".