Es difícil desde las categorías habituales de la izquierda (lucha de clases binaria, representación de la clase obrera por un partido, socialismo etc.) comprender las revoluciones árabes y los propios movimientos sociales que, bajo distintas formas, están produciéndose hoy en Europa, en España y en Grecia, pero también en Gran Bretaña. Unos movimientos sociales de nuevo tipo que probablemente seguirán extendiéndose y que tienen muchos puntos en común con lo que ya pudimos presenciar en las diversas crisis políticas latinoamericanas: en el caracazo, el diciembre argentino, las luchas por el agua en Bolivia etc. Son luchas que, a pesar de la distancia geográfica y cultural y de los distintos discursos políticos en que se traducen responden a una misma situación: el dominio tendencialmente absoluto del capital financiarizado sobre las economías de los distintos países y las vidas de sus habitantes. No es de extrañar, por lo tanto, que los aparatos de propaganda del Imperio hayan hecho hasta ahora todo lo posible por ocultar las conexiones efectivas entre los distintos polos de una enorme marea de resistencias que amenaza al sistema capitalista en su conjunto. Más sorprendente y hasta lamentable es que estas conexiones hayan resultado indescifrables para un amplio sector de la izquierda latinoamericana y europea.
Del lado árabe, la relación entre los distintos procesos estuvo siempre bastante clara. Entre los puntos de referencia de muchos manifestantes tunecinos y egipcios estaban la revolución bolivariana de Venezuela o la revolución cubana: el paralelismo histórico era perceptible. Del lado latinoamericano, sin embargo, no se vieron, en general, estas revoluciones populares espontáneas y autoorganizadas con la misma simpatía. La reacción fue de desconfianza, cuando no de miedo, no fuera a ser que detrás de los dirigentes árabes derrocados estuvieran situados los gobernantes latinoamericanos de izquierda, en alguna lista secreta de los responsables de la CIA. La teoría de la conspiración pudo más que el análisis de las luchas de clases efectivas que se desarrollaban en Túnez, Egipto y un gran número de países árabes, así como en la propia Europa. La reacción defensiva, prevaleció sobre la percepción de una coyuntura revolucionaria, por otra parte evidente Si los déspotas iban cayendo uno tras otro y el proceso revolucionario se contagiaba como un reguero de pólvora, tenía que haber sido orquestado por algún poder oculto. A nadie se le pudo ocurrir que existe un espacio geopolítico y de civilización específicamente árabe, con estructuras y coyunturas sociales y políticas afines en el que el contagio es relativamente fácil. En el poco francófono Egipto, se podían ver carteles de "Mubarak, dégage" (Mubarak, lárgate) en buen francés de Túnez, en el Bengasi liberado, una señora canta el himno nacional...tunecino que honra a los mártires de la independencia. Hay una intertextualidad de las revoluciones árabes, como la hubo - y la hay- de las latinoamericanas. Sin embargo, para un sector de la izquierda acostumbrado por la guerra fría a pensar en términos de bloques, la improbable conspiración del imperio contra regímenes amigos e incluso vasallos como el de Ben Ali o el de Mubarak podía ser la antesala de un ataque contra los gobiernos revolucionarios de América Latina. Frente al bloque del Imperio, sólo cabía la desconfianza ante las nuevas revoluciones, tanto más cuando sus protagonistas no eran "obreros organizados y conscientes", sino en gran medida trabajadores precarios, estudiantes y miembros de las clases medias urbanas depauperadas por la economía financiarizada a través del arma implacable de la deuda con su cohorte de liquidación de derechos sociales y de servicios públicos.
La teoría de la conspiración, sin embargo, pareció encontrar una confirmación cuando un sector importante del pueblo libio se alzó contra el déspota local y dirigente de una supuesta "revolución". Esta fingida postura "revolucionaria" nunca impidió a Muammar el Gadafi matar comunistas y otros militantes de la oposición ni establecer pactos con personajes como Berlusconi y los dirigentes de la Unión Europea sobre "la gestión de las fronteras de la UE", cuyo contenido real da escalofríos. Gadafi no mostró grandes reparos ante la invasión de Iraq, ni se negó nunca a ayudar a norteamericanos y británicos en su "guerra contra el terror", haciendo que sus expertos servicios policiales sometieran a "minuciosos interrogatorios" a los prisioneros que les entregaban. Por no hablar de las medidas de política interior, como la entrega del petróleo libio a empresas occidentales. Nada, sino esta identificación con una revolución de pacotilla y el miedo a ser los siguientes en la lista, justifica la solidaridad que, desde el primer momento, el presidente Hugo Chávez manifestó hacia el tirano libio acosado por la insurrección de buena parte de su pueblo. Gadafi dio, sin embargo, al Imperio la oportunidad que le hacía falta para entrar en la región e intentar interferir en los procesos revolucionarios en curso: lo hizo reprimiendo con brutalidad a la población insurrecta y forzándola a defenderse por las armas, lo que nunca se había producido en las demás revoluciones árabes. Francia y en menor grado el Reino Unido aprovecharon esta oportunidad inesperada para recuperar ante los pueblos árabes algo de influencia, pues precisamente las revoluciones de Túnez y de Egipto habían derribado a sus protegidos en la zona. Para intervenir en Libia, naturalmente, tuvieron que metamorfosear de nuevo a Gadafi y, en pocos días hacer del "amigo de occidente un poco extravagante" del que hablaba Aznar un déspota que oprime y asesina a su población.
La ayuda a la población insurrecta contra el déspota respetó la plantilla de las intervenciones habituales de la OTAN: bombardeos de objetivos civiles y militares, violación de la carta de las Naciones Unidas y de la propia Carta Atlántica al proponerse un "cambio de régimen" como objetivo de una operación destinada a "proteger a las poblaciones" y el largo etcétera que conocemos desde la guerra de Yugoslavia y las guerras del Golfo, pasando por Afganistán. El coste para la insurrección libia de esta "ayuda" mediante el bombardeo humanitario es evidente. También es enorme el riesgo de que la revolución libia quede secuestrada por quienes le han ayudado a triunfar. Algo de sobra conocido para quien conozca la historia de Cuba o la de Filipinas, países en los que los Estados Unidos "ayudaron" a las poblaciones locales a liberarse de los españoles para después recolonizar en grados diversos ambos países. A pesar de este coste y de este riesgo, tiene razón Santiago Alba y tienen razón nuestros amigos y compañeros árabes en sostener que todo habría sido peor si se hubiera permitido a Gadafi aplastar la revuelta, pues el pedigrí represivo del amigo de Aznar y Berlusconi no deja lugar a ninguna duda. Por no hablar del terrible ejemplo que habría dado a los demás tiranos árabes.
La situación de Libia y la de las demás revoluciones árabes es compleja, pero ¿acaso hay un solo proceso revolucionario que no lo sea? ¿acaso ha habido una sola revolución cortada por un patrón preexistente? La propia revolución cubana fue vista en sus primeros momentos por la izquierda como una simple revolución democrática y antiimperialista burguesa...En este momento, tanto en Túnez, como en Egipto o en Libia existen gobiernos que ya no representan enteramente a la dictadura, pero que tampoco son expresión de la voluntad del pueblo insurgente. El Consejo Nacional de Transición, alianza inestable de oportunistas prooccidentales, islamistas más o menos radicales y tránsfugas del régimen de Gadafi no representa la revolución libia, cuyos verderos protagonistas, los shabab (jóvenes) que resistieron contra Gadafi no han dicho aún su última palabra. Cierto es que estamos en las primeras fases de esos procesos revolucionarios y que existe una enorme incertidumbre, pero esto, más bien, sería una razón para que los países que ya han pasado por trances semejantes y han conseguido realizar importantes transformaciones presten su apoyo a estos procesos y dentro de ellos a las fuerzas de izquierda que, por fin, están renaciendo en el mundo árabe. No dice otra cosa mi querido amigo y camarada Santiago Alba, y, por decirlo, ha sido tachado de "agente de la CIA" o de émulo del filosofastro Bernard-Henri Lévi. Siempre se descubre algo: no sabía yo que la CIA contratara a defensores públicos del comunismo y de los procesos revolucionarios anticapitalistas y antiimperialistas del mundo entero, ni que tuviéramos que dar la bienvenida a Bernard-Henri Lévi al bando de quienes combatimos el imperio del capital. Que el sectarismo no nos ciegue: ni la CIA es tan tonta, ni Bernard-Henri Lévi se ha caído del caballo...camino de Damasco.
24 comentarios:
El 21 de marzo escribí un artículo a cuento de la intervención internacional en Libia en la línea de este artículo.
http://laestrategiaglobal.blogspot.com/2011/03/por-que-la-izquierda-mundial-deberia.html
Por si es de tu interés.
Enhorabuena por tu artículo.
Un saludo
Te señalo un par de erratas: rsistencias (primer parrafo)
evidente. Si (segundo parrafo)
oportunistas proccodidentales (tercer parrafo)
Aunque seguro que este último palabro se lo tiene merecido
Al anónimo que, amablemente, me señala las erratas.
Ya están corregidas. Gracias por la ayuda. Mi vista ya no es lo que era y la ventanita para escribir texto en blogger es realmente muy pequeña...
Te aconsejo que escribas el texto en word y luego lo pegues en blogger, es mucho más cómodo. Por cierto, excelente entrada, como siempre.
Un abrazo.
No estoy para nada de acuerdo. vamos, lo último ya es que vengas a azuzar las masacres de la OTAN. Estás pirado, amigo.
esperamos la résolution 1974 ?
A seis meses ya sabemos :
1) que la resolucion 1973 fue adoptada para proteger civiles mas que nada en benghazi, ciudad muy pero muy lejana de Gaza.
2) que nunca huba "6000" muertos bombardeados por gadafi
3) que lo del viagra repartido en grande a los soldados fue puro cuento y que los supestos mercenarios se encontraban en el bando opuesto llamado rebelde
4) que la invasion estaba programada hace tiempo
5) que el regimen no cayo en tres dias como fue anunciado a son de trompetas
6) que los "rebeldes" los dirigen "ex" miembros de Al Qaeda y no serian nada sin el apoyo de la OTAN,
7) que la "intervencion humanitaria" de la otan ya habra rebasado los 50 000 muertos -
8) que ciudades que se niegan a ser "liberadas" por islamistas como sirte son bombardeadas en grande
9) que la duplicidad de los que nos gobiernan y de los que pretenden informarnos no tiene limites
10) que no habra pues resolucion 1974 para "proteger" los civiles bombardeados por la otan.
Billy Boxon
en http://www.legrandsoir.info/+libye-a-quand-la-resolution-1974+.html
mal traducido por mi.
esta muy bien hacer interrogantes y subrayar la complejidad de los procesos en curso pero para mi (y cada dia mas, felizmente) queda claro que las explosiones populares (la historia le pondra su nombre adecuado) de tunes y egipto sorprendieron en un primer tiempo el imperio y sus allegados (sarkozy ofrecio enviar policias a tunes para ayudar al amigo ben ali en apuros) y luego de tomar conciencia de lo que pasaba reaccionaron rapido tomaron la ofensiva para controlar lo pasado, lo que empezaba a pasar dandole direcciones mas afines cuando se podia, ahogando en sangre y en silencio otras "revoluciones" en barein o yemen por ejemplo y creando nuevas "revoluciones" (que estallaban bien armadas desde el principio en lugares que por una infinidad de motivos les interesan como en libia y en siria.
Aparte del petroleo, se aprovecha de paso para aniquilar cualquier pretension de la union africana a funcionar como tal (tanto en costa de marfil como en libia la mediacion de la UA solo sirvio a descalificar la misma y las armas francesas son las que dan la solucion como en los mejores tiempos del colonialismo.
De paso, quedan mas dificiles o imposibles algunos proyectos o suenos de los africanos banco de africa, moneda africana (el franco cfa queda para tiempo), el acercamiento africa/america latina tambien se ve afectado (la proxima reunion iba a hacerse en tripoli) etc.
Asi que sin manicheismo, simplemente nos encontraremos del lado de los que reciben bombas y no de los que las envian y matan sin riesgo a miles de km de distancia para defender los intereses de algunas empresas de guerra.
Aquí, si lees bien, no se azuzan las masacres de la OTAN, sino que se condenan, como siempre he condenado, sin excepción, todas las intervenciones "humanitarias". Quien dice humanidad, sea de derechas o de izquierdas, quiere engañar. Sin embargo, sí que se defiende la autonomía de la rebelión libia respecto de la intervención de la OTAN. La OTAN intenta secuestrar el proceso revolucionario libio y árabe en Libia a través del CNT, pero esto no significa que la rebelión secuestrada no tenga sus propias raíces en el país. La rebelión no es el impresentable CNT, sino los jóvenes armados que han combatido el régimen de un tirano vesánico. Si la izquierda tiene que apoyar a gentuza criminal como Gadafi, un notorio amigo de Aznar y Berlusconi y director de un vasto campo de concentración para inmigrantes por ciuenta de la UE, muy mal le va a la izquierda.
No hay un patrón de revolución como tampoco lo hay de dictador. En Libia hemos visto y oído suficiente como para afirmar que nunca hubo revolución popular sino levantamiento armado, por supuesto tan legítimo como la revolución cubana, pero lejos del modelo de levantamiento popular que se vio en Túnez o Egipto. El discurso de la izquierda es farragoso e inconsistente ( como todo discurso moral lo es), del que hay que alejarse a toda pastilla si no queremos caer en la trampa de su farragosa moralidad, ahora vestida con el sayón de los Universales derechos humanos, esos que todo en mudo corre a pisotear. Esta es la ventaja de la derecha, que siempre lo tuvo claro.
Otro triste comentario que se agrega a las posiciones NINIS que muy bien se acomodan Kaos en la Red, Santiago Alba Rico y compañía.
Que patética posición ostentan los NINIS. No les da ni vergüenza apoyar a unos seudo-rebeldes DEPENDIENTES de FUERZAS IMPERIALISTAS.
Como si nuestro enemigo cardinal siempre se haya tratado de Gaddafi.
Pero la pauta la pone el IMPERIALISMO por lo que debemos aplaudir su "desinteresada" ayuda humanitaria. No?
Níkolas Stolpkin
Stolpkin.net
Pretender, con argumentos chabacanos y "ad hominen" defender a los luceros del Alba, delata la posición inmoral de los mismos en esta historia.
Una cosa está clara: Libia marcará un antes y un después a la hora de separar el grano y la paja de tanto intelectual endomingado en su terraza millonaria.
Siempre sacaremos enseñanzas para un futuro menos imperial.
A los dos últimos comentarios:
Soy claramente un NINI: ni con los tiranos aliados al imperialismo, ni con el propio imperialismo cuando los abandona. Una lectura rápida de mi texto les permitiría ver que soy enteramente contrario a la "intervención humanitaria" de la OTAN, tan contrario a ella como al tirano que ustedes apoyan. También verán que no apoyo al CNT, sino a los insurrectos transformados por Gadafi en rebeldes armados. No creo que sirva de nada esta explicación, pues ustedes ya han decidido que apoyarían a Atila o a Calígula si los atacara el imperialismo. Les recuerdo que el imperialismo también atacó a Adolfo Hitler. En los años 30, utilizando este tipo de argumentos, lo habrían apoyado.
Qué le puedo decir John Brown? Desafortunada su comparación. Pretender comparar Gaddafi con Hitler es ya el colmo.
Dónde están los crematorios de Gaddafi? Dónde están las leyes discriminatorias de Gaddafi? Dónde están las pretenciones de Gaddafi por invadir y humillar a sus vecinos?
YO SÉ BIEN QUIÉN ES MI ENEMIGO, Y SÉ BIEN LO QUE ES TENER DIGNIDAD, Y SÉ RESPETAR LAS CULTURAS QUE NO ESTÁN OCCIDENTALIZADAS
Se imaginan a las FARC-EP recibir ayuda del imperialismo norteamericano para derrocar a Juan Manuel Santos, para luego relacionarse de la mejor forma con el Imperialismo, y que el imperialismo dicte la pauta a seguir?
Níkolas Stolpkin
¿Pero usted quien se supone que se ha creído para decir que Hugo Chávez manifestó NINGUNA cosa hacia "el tirano"? Usted no está en condiciones de cuestionar seriamente la política exterior de loo países del ALBA.
El de las lecciones morales es usted. Ademas usted miente, los latinoamericanos siempre estaremos del lado los pueblos en lucha contra el imperialismo. Aquí nadie a defendido a Mubarak. Sino cite nombres, por favor no nos falte el respeto, no se que película está viendo usted.pero es evidente cual es su intención. Es decir, desautorizar a la izquierda antimperialista. En pos de justificar el alineamiento colaboracionista,Español, Argentino y Brasileño, entre otros muchos COBARDES. SÉPALO BIEN señor, en una batalla de dos frentes, es ridículo suponer una tercer trinchera.Es pura retorica. Se está con el pueblo o contra el. Usted no tiene autoridad para erigirse en representante de LA IZQUIERDA, NO LO ES. Su posición política, en la practica, en el terreno, ante la muerte de miles de inocentes, no lo es.LO que LULA y los demás han propuesto es una salida negociada, desde el mismo día de la resolución 1973, ¿porque se empeña en tergiversar los hechos?, USTED MIENTE,y no es casual, ni es inocente.
El debate degenera, me parece que no leyeron el artículo varios comentaristas. ¿Se puede defender al sátrapa libio desde posiciones izquierdistas? Un poco incoherente desde el sentido común. ¿Significa eso que haya que defender la intervención "humanitaria" de la OTAN?
Yo creo que no.
Creo también que no se han tomado la molestia de leer el texto y han encontrado en él lo que querían ver y no lo que hay. Yo, por ejemplo, nunca he defendido ninguna intervención humanitaria de la ONU, de la OTAN o de quien sea. Sé bien que humanidad es sinónimo de bestialidad y que quien apela a la humanidad lo hace sólo para expulsar a su enemigo de ella y masacrarlo sin contemplaciones. El caso libio no es ninguna excepción y he dicho en mi artículo que sigue el patrón de Afganistán y de Iraq. Ninguna persona que haya leido mis textos puede pensar que yo haya defendido nunca esas humanísimas salvajadas. La intervención de la OTAN en Libia tiene como único objetivo secuestrar la revolución libia contra Gadafi e interferir en el conjunto del proceso de las revoluciones árabes.
Lo que ocurre con mis severísimos y poco atentos contradictores es que no pueden concebir que haya una auténtica revolución en Libia y que la gente quiera quitarse de encima a un déspota corrupto y sanguinario que, por demás, estuvo a sueldo de occidente hasta el último momento. Esto encaja también con la fría acogida de las revoluciones tunecina y egipcia en sectores amplios de la izquierda a ambos lados del Atlántico. Como si pensaran que los árabes no son capaces de levantarse tan eficaz y radicalmente contra el orden imperial como los latinoamericanos. Algo de racismo orientalista y de antiislamismo subyace probablemente a esas posiciones. Lástima que los sedicentes leninistas no tengan hoy la capacidad política y la amplitud de miras de Lenin, quien no dudó en apoyar las luchas anticoloniales realizadas en nombre del Islam y aún menos las realizadas por musulmanes en nombre de la liberación nacional y la democracia.
La política es intervención en la coyuntura, en lo imprevisible: quienes desprecian la coyuntura en nombre de lo que creen ya saber se ciegan y se sumen en la impotencia. Sólo les queda denigrar desde su tristeza lo que no comprenden y, por ello mismo temen, mantenerse en una actitud defensiva. Odium theologicum, llamaba a esto Spinoza.
Creo también que no se han tomado la molestia de leer el texto y han encontrado en él lo que querían ver y no lo que hay. Yo, por ejemplo, nunca he defendido ninguna intervención humanitaria de la ONU, de la OTAN o de quien sea. Sé bien que humanidad es sinónimo de bestialidad y que quien apela a la humanidad lo hace sólo para expulsar a su enemigo de ella y masacrarlo sin contemplaciones. El caso libio no es ninguna excepción y he dicho en mi artículo que sigue el patrón de Afganistán y de Iraq. Ninguna persona que haya leido mis textos puede pensar que yo haya defendido nunca esas humanísimas salvajadas. La intervención de la OTAN en Libia tiene como único objetivo secuestrar la revolución libia contra Gadafi e interferir en el conjunto del proceso de las revoluciones árabes.
Lo que ocurre con mis severísimos y poco atentos contradictores es que no pueden concebir que haya una auténtica revolución en Libia y que la gente quiera quitarse de encima a un déspota corrupto y sanguinario que, por demás, estuvo a sueldo de occidente hasta el último momento. Esto encaja también con la fría acogida de las revoluciones tunecina y egipcia en sectores amplios de la izquierda a ambos lados del Atlántico. Como si pensaran que los árabes no son capaces de levantarse tan eficaz y radicalmente contra el orden imperial como los latinoamericanos. Algo de racismo orientalista y de antiislamismo subyace probablemente a esas posiciones. Lástima que los sedicentes leninistas no tengan hoy la capacidad política y la amplitud de miras de Lenin, quien no dudó en apoyar las luchas anticoloniales realizadas en nombre del Islam y aún menos las realizadas por musulmanes en nombre de la liberación nacional y la democracia.
La política es intervención en la coyuntura, en lo imprevisible: quienes desprecian la coyuntura en nombre de lo que creen ya saber se ciegan y se sumen en la impotencia. Sólo les queda denigrar desde su tristeza lo que no comprenden y, por ello mismo temen, mantenerse en una actitud defensiva. Odium theologicum, llamaba a esto Spinoza.
Otro artículo más de la quinta columna del periodismo pequeño-burgués. Está claro que hacer de abogado del diablo aporta más rentable a un izquierdista de salón, que desarrollar un simple análisis filosófico de la situación concreta, para no perderse en diatribas de falsa conciencia humanista. Creo que se ha perdido usted en la historia. Esta, como siempre, ha sido escrita por los vencedores y no precisamente espontáneos.
"En resumen, los comunistas apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra el régimen social y político existente"
IV Actitud de los comunistas ante los diferentes partidos de oposición, Manifiesto comunista, Marx y Engels.
¿Existe solamente la revolución proletaria o existen también revoluciones burguesas? ¿Por qué en el manifiesto no se concretó con "todo movimiento revolucionario proletario"? ¿Esto quiere decir que los comunistas deberían apoyar revoluciones burguesas?
Marx y Engels sabían, y es algo que se ha debatido en toda la historia del marxismo, que antes de llegar a una revolución proletaria habría que pasar por un periodo burgués. ¿Por qué? pues porque las revoluciones son consecuencia del desarrollo histórico y de los medios de producción existentes en un cierto momento. Si se quiere llegar a una revolución proletaria, hay que pasar por una revolución burguesa antes, pues en la democracia burguesa es donde el proletariado puede adquirir conciencia de clase y no antes. Es un debate interesante este, pues las revoluciones no siempre han seguido este patrón. Aún así el colapso del bloque soviético, la deriva capitalista de China y los problemas actuales de la revolución cubana nos deberían hacer pensar; o al menos reflexionar.
¿Qué se espera de los libios entonces?, ¿qué de un sistema semi feudal y autocrático nazca una revolución proletaria? Bajo mi punto de vista este razonamiento estaría fuera de cualquier dialéctica histórica y entraríamos dentro del utopismo y la magia. Creo que al autor de este artículo NO está diciendo que en Libia se esté dando una revolución proletaria, es más, es una revolución burguesa. Ahora, como muy bien entendieron los partidos comunistas de la zona y los propios jóvenes de Libia, toca apoyar esta revolución burguesa y a partir de que triunfe empezar otra etapa, otra revolución; como está ocurriendo ya en Túnez y Egipto.
Gadafi representa la parte regresiva (el orden existente, que no es socialista) y los rebeldes la parte revolucionaria (revolucionaria burguesa). Esto es independiente de la posición que adopten en un cierto momento las naciones capitalistas/imperialistas que no se rigen por razonamientos marxistas (es más, tardaron más de dos semanas en posicionarse respecto a si apoyar o no la rebelión, cuando comprobaron que podría triunfar).
Creo sinceramente que basar nuestra posición en base a lo contrario que decidan EE.UU, Inglaterra o Francia es un error.
Palabras idénticas a las de este artículo servirán de guión, algún día, para justificar desde la izquierda la "revolución" derechista que los Estados Unidos y Europa planifican para Cuba y Venezuela. Vaya: si el anónimo autor de este blog -publicitado por rebelion.org- compara a Kadafi con Hitler, mucho más sencillo es comparar a Chávez o a Castro con Kadafi. ¿No se han visto forzados los gobernantes socialistas, tanto como Kadafi, a hacer negocios -en lo económico y en lo político- con los países capitalistas? ¿No ha habido carencias, pérdida de poder adquisitivo y aun represión policiaca en distintos momentos de la gestión socialista? ¿No está descontenta una parte de la población de los países socialistas ni tienen motivos legítimos sus quejas? Y si esa parte de la población se levantara en armas -paso previo a una intervención de Occidente-, ¿habríamos de apoyarla los marxistas, los comunistas o cualquier otro tipo de "izquierdistas"?
Qué vergüenza. Lamento que la parte de la izquierda que coincide con el anónimo "John Brown" no enmiende sus errores, a pesar que están a la vista de todos y han sido refutados constantemente (para no ir más lejos, leer en esta misma cadena los excelentes comentarios 6, 8 y 12). Penden sobre Libia las amenazas de un caos semejante al de Irak y la partición territorial. Es abundante la documentación difundida, desde el más temprano momento, acerca de los desmanes de los antikadafistas libios y sus socios de la OTAN, con sus secuelas (previsibles) de muerte, racismo, segregación política y fanatismo religioso.
Para reconocer una equivocación propia se necesita una honestidad intelectual que no está al alcance de cualquiera. Es preferible, para algunos, aferrarse a un error.
“¿Serán galgos o podencos?” … De todas formas pienso que es síntoma de la vitalidad de ideas el que haya debate. Hasta la acritud en la opinión y en la discrepancia muestra la viveza, aunque nunca haya que perder la educación y cortesía, en definitiva se puede ser hasta fiero con las ideas, pero siempre cortés con los contertulios e incluso con los adversarios: “lo cortés no quita lo valiente”. Aparte del interés que me suscitan sus textos, camarada JB, aprecio precisamente esta cualidad suya, la de su ponderación razonada, al margen de los estereotipos ideológicos.
Digo estereotipo y pienso en catecismos ideológicos de cualquier tipo y signo, de esos con consignas que se gritan más que se dicen. Por el contrario, pienso que es bueno reconocer en qué “paradigma” explicativo se confía. La palabra “paradigma” puede parecer excesiva y hasta pedante, pero tiene la ventaja de ponderar el debate con educación. Es el modelo explicativo al que se tiende y no es indiferente, ni distante, ni equidistante, ni pasota, ni se lava las manos, ni es objetivo, ni científico, ni “au-dessus de la mêlée”.
Así por ejemplo, quizás yo –ningún “yo”- pueda ni deba coincidir, en todas y cada una de las ideas, con lo que diga JB o cualquier otra voz difundida. En este sentido me parece que el mayor peligro viene, no de gente como JB, que presupone y busca esa capacidad común de todos para razonar, sino de los "mass media", controlados por los poderosos del momento ... y de siempre, que solo buscan la forma más efectiva de manipular a favor de sus intereses a las poblaciones.
Precisamente acabo de dar por sentado en la frase anterior lo que yo veo, no como cliché ideológico, sino como auténtico paradigma, con el que, es innecesario advertirlo, estoy en total desacuerdo: ver la gente como una masa pasivamente organizada como “sociedad-público” que atiende en la plaza pública a los diversos embaucadores que, subidos en un estrado, les quieren dar gato por liebre. Puede haber, sin llevar demasiado lejos la metáfora, alguien que, hasta con buena fe al menos al principio, se suba también a otro estrado para hacerles ver el engaño y les provoque para acabar con el engaño. Sin duda ha habido momentos donde ciertas minorías revolucionarias han movido así a la gente muy positivamente. Pero también ha habido la otra parte de la historia: hay el riesgo de que la gente solo vea al final tipos subidos a un estrado: los timadores de siempre y otros que dicen que ellos no timan sino todo lo contrario, … pero continúan subidos en su estrado. Orwell le dio forma literaria en su famoso panfleto. Consecuencia: el escepticismo y el hastío cunde entre la gente.
Tampoco la gente tiene siempre tanto derecho a criticar a esos que se subieron al estrado público para poner de relieve el engaño y la ilusión. ¿Cómo conseguir que las minorías, si es que tiene que haberlas, no se queden separadas, no ya de las mayorías, sino de la gente, de esa “multitud” que dicen JB y otros? La propia gente tiene en sus manos la respuesta. El 15-M muestra algo de esto y, aunque llegue a marchitar, fue hermosa su floración … Y puede que haya dejado buenas semillas que acaben germinando.
En Libia, por enlazar las reflexiones anteriores con el artículo, se cruzan estos días todas estas líneas de fuerza, pero el capitalismo, como señala certeramente JB, solo se siente a sus anchas cuando hay la posibilidad de intervenir militarmente. Ni pueblo, ni multitud, ni sociedad-público: un ejército, un cuartel. ¿No es, después de todo, el auténtico modelo y “paradigma” del capitalismo corporativo transnacional?
El discurso de la izquierda es solo eso, un discurso. Una declaración de intenciones. Un código moral. Luego la realidad está normalmente tan alejada de los discursos, que no encontramos nada que se ajuste al perfil mínimo requerido. El señor Alba Rico supone que todo lo que sea “pueblo” debe estar de una u otra manera relacionado con la izquierda, lo que evidentemente es falso. Las revueltas en el mundo árabe aglutinan a un montón de gente con distintas y variadas ambiciones de poder en la órbita local. Sin nombrar las ambiciones transnacionales que no cuentan para el señor Rico, y su idea del alzamiento nacional de la izquierda. Que desaparezcan los monarcas y dictadores del MO es un proceso lógico en el devenir de los acontecimientos sociales. Los acreedores de ese poder deben ser, de alguna manera, de facto pretendientes, con argumentos suficientes como para hacerse acreedores del mismo; partidos y organismos estructurados que han ido ganando y mostrando sus argumentos entre la sociedad civil y/o militar, económica, religiosa, etc. Cuando hablamos hoy de la izquierda nos referimos a una izquierda democrática y asociamos mecánicamente las dos cosas como elementos lógicos, de la misma naturaleza cuando, en ningún caso lo son. La democracia es un marco civilizado donde se resuelven las disputas de poder. El marco por supuesto lo decide el establishment; elite o grupo dominante resultado le las convulsiones sociales habidas en cada lugar, que acepta dentro de él, a depende que ideologías o perfiles sociales y económicos. Quiero decir, para que se me entienda, que en China si quieres optar al poder político solo puedes hacerlo si perteneces al partido comunista chino, o en Cuba a los órganos revolucionarios del politburó. La democracia contemporánea vino a despojar del poder a reyes y nobles, para ponerlo en manos de una beligerante y organizada burguesía, que ya de facto era dueña de los resortes sociales necesarios, para hacerse con él. Esta es la clave de cualquier trasmisión de poder, estar en posesión de facto de él. La revuelta sería la eclosión lógica de las fuerzas que alberga el acervo social, que en su movimiento convulso, disputan por hacerse un sitio entre las nuevas estructuras que se va formando en el tejido social. Decir que Gadafi es un dictador brutal no es decir gran cosa. La Jamahiriya Libia era un modelo social particular, y bastante cercano a la idea de socialismo que algunos defienden con tanto ímpetu. Evidentemente el marco de poder de la Jamahiriya solo era accesible a un tipo concreto de personalidades, representativas de las distintas tribus del país y sus próceres mas insignes, quedando excluidos de la esfera del poder, precisamente los que más fuerte han apostado por la revuelta, y que no parece compongan una mayoría homogénea. En cualquier caso los resultados finales de las convulsiones en Libia, no creo que le vayan a gustar al señor Alba Rico, ni a la otan. Pero serán los que solo pueden darse después de resolver las disputas internas por el poder, en cohabitación con los intereses trasnacionales que tanto han invertido. Seguirán habiendo tensiones, como las que hay en cualquier sociedad. Las tensiones aparecen como lógicas en un proceso de una sociedad en constante transformación. Los resultados siempre son decepcionantes para todos.
Obama, Bush,Clinton, Reagan, Sarcozy, Cameron, en fin todo el sistema capitalista occidental no es despotico y tirano. Es curioso como estos autores solo señalan como despóticos, satrapas y tiranos a ciertos lideres en cambio otros no QUE POSTURA MAS CONVENIENTE,donde están las pruebas de los ataques indiscriminados de Gadafi hacia la poblacion civil. Como es posible que un movimiento que se considero de protesta social y civil desde un principio rápidamente se convirtió en un super-movimiento armado legitimado por Occidente. Personalmente he buscado pruebas en la red sobre estos ataques ademas de la supuesta postura revolucionario de estos rebeldes, simplemente no encuentro nada. Que tiene de revolucionario instaurar La Sharia en Libia, que tiene de revolucionario atacar grupos etnicos, que tiene de revolucionario que al poco tiempo de tomada Tripoli ya estaban negociando con las principales transnacionales del petroleo.
En fin su comentario resulta sospechoso, por favor ponga enlaces o informacion objetiva y concreta de las masacres hechas por las fuerzas gadafistas a la poblacion civil, le agradeceríamos para entender mejor este conflicto.
Si en Libia hay una Revolución yo soy marciano. No jodan. En libia hubo un estallido social ampliamente manipulado y utilizado por el Imperialismo
mundial. Y alli se va a quedar. Ni los supuestos impulsores jóvenes tienen la fuerza ni la cabeza de un
guanajo para convertirse en revolucionarios. Mi solidaridad con los que resisten en Sirte. Siempre me pongo a pensar que la fórmula libia, es la misma que le quieren aplicar a Chavéz o a Evo, o a Cuba, si pudieran. A ver que va a decir si eso ocurriera, por ejemplo, si Chavez se viera oligado a aplastar algun levantamietno armado en Zulia, alguna de esa gente que se dicen de la "izquierda" europea, que ni saben que hacer para lograr llegar al poder
desde Portugal 1974, y para eso, que la echaron a perder. Buena parte de la "izquierda" europea ni nos entendió cuando hubo que fusilar a tres secuestradores en Cuba..
Ah por cierto, en Tunez y Egipto, va a pasar lo mismo. En nada se van a quedar. No hay unidad, no hay
líderes, ni programas. Y asi, no llegan a ningún lado. Y espero que nadie se le ocurra ahora pensar que en Siria hay también "una Revolución".
Con los "ojalá", no se resuelve nada.
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