lunes, 12 de marzo de 2012

El 29M ¿contra la reforma laboral o contra el 15M?


1.
Casi un año después del inicio de un nuevo movimiento social contra el neoliberalismo en la fecha ya emblemática del 15M, los dos sindicatos mayoritarios del Estado español, Comisiones Obreras y UGT, han decidido convocar una huelga general. Vale la pena recordar que esta huelga viene impulsándose en distintos sectores sociales desde hace más de un año. Ya con el gobierno anterior, la gestión neoliberal de la crisis se hizo sentir entre los trabajadores en términos de deterioro de los salarios y de las condiciones de trabajo, pero también de adaptación del texto de la constitución a la hegemonía del capital financiero. La constitución formal del Estado español, gracias a la reforma impulsada por el PSOE y apoyada en su momento por el PP, dio oficialmente la prioridad a la deuda financiera sobre la deuda social, haciendo constitucionalmente imperativo el pago de la deuda pública por encima de cualquier otra consideración de interés general o de atención a los derechos y necesidades de los ciudadanos. La reforma laboral del PP que hoy rechazan -parcialmente- los sindicatos mayoritarios es un paso más hacia la realización del programa neoliberal. Después de un siglo de conquistas sociales del movimiento obrero que introdujeron en el ámbito jurídico esa anomalía que se denomina « contratación colectiva », la actual reforma pretende limitar el ámbito de aplicación de esta última lo más posible hasta acercar el contrato laboral (enmarcado por una contratación colectiva) al contrato mercantil ordinario en el que se asocian las voluntades de dos personas físicas o jurídicas cualesquiera sin tener en cuenta sus diferencias sociales. Por otra parte, la flexibilización del despido que introduce la nueva ley incide en el mismo sentido, liquidando la especificidad social de las relaciones empresariales y disolviéndolas en las relaciones ordinarias de mercado. Los sindicatos mayoritarios, por fin, han reaccionado a esta nueva ofensiva convocando una huelga general con el objetivo de "negociar" con el gobierno "cambios" en la ley de reforma laboral, pero sin exigir la retirada o la derogación del texto.

2.
La posición de los sindicatos es defensiva: de lo que se trata para ellos no es de conquistar o preservar un espacio de libertades y derechos para los trabajadores, sino de lograr que sólo se imponga un mal menor, que la reforma sea algo menos lesiva para los intereses de los trabajadores asalariados con contrato de duración indefinida que constituyen las bases de los grandes sindicatos. Las burocracias sindicales forman parte de los aparatos del Estado capitalista que las financia y les da rango de intelocutores válidos. Su función como aparatos de Estado es ejercer un arbitraje entre los intereses de sus bases -cada vez más exiguas- y los del capital. Su único programa en positivo consiste en una serie de reivindicaciones utópicas y nostálgicas: pleno empleo, contratación indefinida, Estado del bienestar basado en el trabajo etc. Su espacio político y mental es el del viejo compromiso fordista-keynesiano que garantizó hasta los años 70 en los países de la Europa democrática -no en el nuestro, donde el franquismo sólo produjo una caricatura- niveles importantes de bienestar social, de reparto de la riqueza y de presencia política de los trabajadores representados a través de las grandes organizaciones de la izquierda. Hoy, queda ya bastante poco cuantitativa y cualitativamente de ese viejo compromiso que la burguesía se apresuró a liquidar cuando el ascenso del nuevo movimiento obrero de finales de los 60 y principios de lo 70 ya lo había puesto en jaque. A partir de un determinado nivel de hegemonía social de los trabajadores, el fordismo y el keynesianismo habían generado, como bien explica el informe de la Comisión Trilateral sobre « La crisis de la democracia » (1975) unas sociedades "ingobernables" para el capital. "Ingobernables" significaba aquí que el trabajo en estas sociedades producía cada vez menos ganancia para el capital. De ahí que fuera necesario un programa general de desregulación del trabajo como el que hoy estamos viendo culminar en Europa al calor de la crisis financiera y de la explotación terrorista de la deuda por los Estados y las distintas instancias del mando capitalista.

3.
El neoliberalismo -como lo fuera en su tiempo el fascismo- constituyó lo que en términos de Antonio Gramsci se denomina una "revolución pasiva", esto es el aprovechamiento de la energía de un movimiento revolucionario insuficientemente fuerte- como el de finales de los 60 en Europa- para provocar una ruptura del sistema, para reorganizar los mecanismos de dominación de manera más eficaz y logrando ciertos niveles de consenso sobre nuevas bases. Los más de 30 años de neoliberalismo lograron capturar a la vez la capacidad de integración social de los asalariados propia de las burocracias políticas y sindicales -que representaban a la vieja clase obrera en el compromiso fordista- y la insurrección contra la disciplina y la rigidez de esta misma representación protagonizada por las franjas juveniles del proletariado y por el movimiento estudiantil. El resultado fue el tipo de sociedad y de organización económica que hoy conocemos en los países industriales y que se ha extendido progresivamente casi al conjunto del planeta : una combinación de trabajo precario, economía cognitiva e inmaterial, cooperación en red, multiplicación de las formas de "empresarialidad individual" y desdibujamiento de las instancias de mando del capital, sustituidas en gran parte por los mecanismos de la finanza y de la deuda. Mercado y sociedad se confunden como un gran organismo productivo que hace de todo momento de la vida un acto de producción para el capital. Durante casi treinta años, la nueva configuración de clase del proletariado ha vivido secuestrada bajo las dinámicas cruzadas de la disciplina de mercado como orden que sobredetermina la cooperación directa en red y la representación política y sindical « zombi » de una vieja clase obrera que ya no tenía la más mínima capacidad real de hegemonía. La crisis de la izquierda guarda directamente relación con esta circunstancia: en un contexto donde era ya imposible que la representación de la vieja clase obrera fuese un instrumento de hegemonía y donde el nuevo proletariado se había vuelto irrepresentable, la izquierda sólo podía gestionar la difícil supervivencia de un modelo de relaciones sociales abocado a la desaparición. De este modo, la izquierda de gobierno siempre gestionó el nuevo marco neoliberal intentando a partir de él mantener -desde una lógica distinta- unos derechos "fordistas" cada vez más vacíos y aplicables a cada vez menos ciudadanos. El caso límite de esta imposible política socialdemócrata dentro del neoliberalismo es el de los sucesivos gobiernos de Tony Blair.

4.
El resultado del proceso antes esbozado es la existencia de dos sectores claramente diferenciados en una población "trabajadora" cuyos límites de "clase" son cada vez más indiferenciados: por un lado, la decaída fortaleza exfordista/exsocialista de la izquierda política y sindical, y por otro la muy diversa multitud de trabajadores postfordistas. La huelga del día 29 será no sólo un pulso de los sindicatos mayoritarios al gobierno destinado a intentar preservar algo de los antiguos estatutos laborales -sin por ello cuestionar la lógica fundamental del neoliberalismo- sino también una competición entre las direcciones sindicales mayoritarias y las nuevas formas de organización política de la multitud postfordista (15M, los componentes no cooptados de las distintas « mareas » etc.). Los sindicatos mayoritarios así lo entienden. Lo ha afirmado con rotundidad la dirección de CCOO en un documento interno que ha circulado entre las bases. En este documento con fecha de 24 de febrero de 2012 y titulado Nota informativa de la reunión de secretarios/as generales se afirma abiertamente que exite una "persistente e infantiloide campaña de deslegitimación desde quienes se arrogan de (sic) la marca del 15M." y que "De todo ello se establece una gran conclusión: Es necesario “gobernar” la estrategia de rechazo a la reforma desde el sindicalismo confederal.".

Esta abierta voluntad que expresan las direcciones sindicales de plantear la cuestión de la hegemonía responde a la gravísima crisis de representación abierta por el 15M y los demás movimientos sociales concomitantes. Desde el 15M, los sindicatos pueden cada vez con mayor dificultad utilizar la lógica del mal menor. El movimiento social de las nuevos sujetos del trabajo postfordista ha venido a reactualizar un planteamiento de ruptura con el sistema expresado como ruptura con el neoliberalismo o, incluso, en algunos sectores con el capitalismo como tal. El hecho de que el sector social al que pertenece la gente del 15M sea ampliamente mayoritario entre los trabajadores españoles y europeos pone en grave peligro la legitimidad de los sindicatos. Estos han convocado la huelga del 29M por la presión de sus bases, deseosas de defender activamente sus derechos, pero también por la presión de las calles y plazas. Resultaría sencillamente intolerable para las direcciones sindicales que el movimiento de las plazas asumiera la iniciativa de una huelga general o de una movilización equivalente, sobre todo en una cuestión como la de la reforma laboral y las modificaciones de la contratación colectiva que afecta directamente a los intereses más vitales de sus bases. Ciertamente, la nueva legislación afecta menos al trabajador ya precario -aunque degrada sus condiciones laborales- que al trabajador tradicional con contrato indefinido y derechos reconocidos por convenio, pero el resultado de la reforma laboral sería a medio plazo una unificación bajo la norma de la precariedad del conjunto de los trabajadores, lo cual equivaldría a la desaparición del espacio en que los sindicatos mayoritarios tienen un papel dirigente. De ahí la honda y justificada inquietud de estos últimos, pues el desbordamiento previsible no sería momentáneo sino irreversible, estratégico.

5.
Es necesario introducir algunas observaciones sobre la « huelga » como método de lucha de los trabajadores. La huelga general fue el mito fundamental del sindicalismo revolucionario. Se basa en la hipótesis formulada por Emile Pouget y los clásicos del anarcosindicalismo de que el mismo movimiento por el cual los trabajadores cesan enteramente la producción para una sociedad dirigida por los patronos, es el que puede en el mismo instante asumir las funciones de dirección y de gestión del conjunto de la producción. Ese modelo originario compartido por los socialistas revolucionarios y por el anarcosindicalismo tenía sus limitaciones teóricas y políticas como método de liquidación de la dominación en una sociedad compleja, y fue progresivamente abandonado en la izquierda mayoritaria en favor de la representación política de la clase por el partido y el Estado. La huelga general siguió existiendo como arma de clase, pero siempre separada de su objetivo inicial de destrucción del poder burgués mediante la acción directa de los trabajadores. La huelga general representaba el último recurso dentro del repertorio de la defensa del valor de la fuerza de trabajo en el mercado, en lo que Gramsci llamaba la dimensión "económico-corporativa" propia de los sindicatos en el contexto socialdemócrata o leninista. Este es el caso de la huelga general convocada por los sindicatos mayoritarios españoles para el 29 de marzo. Su objetivo es, como siempre, arbitrar entre los intereses del capital y los de sus bases, no desafiar los principios mismos del régimen neoliberal. Efectivamente, se buscará en vano en las plataformas reivindicativas de los sindicatos mayoritarios para la huelga del 29M la más mínima alusión a un más allá de la perpetuación de la relación salarial o, en general del orden de mercado o, incluso del orden neoliberal o de la dominación del capital financiero. Cuando las distintas formas de salario indirecto (sanidad, educación, demás servicos públicos) están siendo progresivamente desmanteladas en nombre de la reducción del gasto público y del pago de la deuda como deber sagrado de la nación, la legitimidad de la deuda que justifica estos recortes es asumida por los sindicatos como algo natural. En ningún momento se plantea la necesidad de una auditoría de la deuda pública a los distintos niveles de la administración, ni de la deuda privada "odiosa" generada de manera irresponsable por los bancos, sobre todo en el sector de la vivienda mediante los créditos hipotecarios basura. Tampoco se tiene en cuenta la necesidad imperativa para la vida « en condiciones civilizadas » de numerosos sectores sociales de que existan ingresos desvinculados de cualquier prestación laboral en una sociedad que, desde hace tiempo, ha abandonado cualquier proyecto de pleno empleo y donde la mayor parte de la nueva contratación ha sido precaria en los últimos diez años. Estas y otras cuestiones vitales para todos aquellos ciudadanos que ya viven en las condiciones de precariedad e intermitencia laboral que la nueva ley pretende generalizar son ignoradas en las convocatorias sindicales mayoritarias. 

6.
Las reivindicaciones del trabajador social, inmaterial, cognitivo, precario, afectivo, del trabajador en red, de todas las nuevas formas de trabajo postfordista tienen un enorme potencial transformador y permiten defender todos los derechos laborales que tan mal defienden los sindicatos, añadiéndoles una nueva generación de derechos propios de las nuevas formas de trabajo. Entre estos derechos debe contarse la renta básica independiente de cualquier prestación laboral presente o pasada, el derecho a la vivienda y la prohibición del desahucio de personas insolventes, la anulación de deudas odiosas como las generadas por las « hipotecas basura », y toda una serie de reivindicaciones que no guardan relación con el trabajo individual asalariado sino con el trabajo social de producción y reproducción de formas de vida productivas. Al mismo tiempo, debido a las formas de vida y de producción específicas del postfordismo, las nuevas figuras plurales del proletariado, sólo pueden articular modalidades de lucha que ocupen el conjunto del espacio social. Ya no es posible una huelga en determinados sectores que se consideran como los únicos sectores productivos. Hoy la huelga es interrupción de los flujos de circulación de personas y de mercancías organizados por el capital, en favor de nuevos flujos con otros sentidos, de ocupaciones de todo tipo de espacios: lo que los compañeros italianos denominan con acierto "huelga metropolitana". Una huelga que abarca todo el tejido urbano, todos los espacios de vida de las grandes urbes y de sus ramificaciones territoriales "rurales". Hoy todo espacio y cualquier espacio es productivo. Por ello mismo, la huelga general vuelve a tener -como en el período del sindicalismo revolucionario- una dimensión política que supera el marco "económico-corporativo".

La articulación de una huelga clásica como la organizada por los sindicatos mayoritarios y sus afiliados con una nueva edición ampliada del 15M puede tener efectos imprevisibles. Para conseguir que estos efectos sean positivos y modifiquen las correlaciones de fuerzas actuales es esencial evitar toda posición identitaria y excluyente que intente contraponerse a la posición identitaria que pretenden cultivar los sindicatos mayoritarios con el fin de "gobernar" el 15M. Los sindicatos oficialistas deben verse desbordados y hegemonizados por la nueva lógica democrática de la multitud desplegada desde hace un año en las calles y plazas. Más vale comprender las causas que determinan la actuación de los aparatos y direcciones sindicales que dedicarse a descalificar como "traidores" a los dirigentes más destacados.  No porque no lo sean, sino porque el que lo sean no es la causa de la situación actual de impotencia y degeneración en que se encuentra el movimiento obrero tradicional, sino uno de sus efectos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD

Herminio dijo...

Y agradecería, también, tu parecer sobre el comentario:
Decididamente, se trata de un buen análisis, creo que en casi todos los aspectos. Pero también pienso que sigue existiendo un núcleo central en la clase obrera que continua siendo esencialmente determinante para la totalidad del proceso productivo capitalista. Y claro está que ha quedado en minoría, a medida en que se han ido desarrollando y perfeccionando los medios de producción, gracias a los avances científico técnicos, en progresión constante, bajo dominio del capital. Sobre ese núcleo es sobre el que, el mismo, pretende el dominio y sometimiento absoluto. No obstante, también me parece cierto que, aunque este núcleo central llegase a recuperar la conciencia plena de su papel, e intentase rebelarse, sus fuerzas resultarían nimias e insignificantes, una mínoría exigua comparada con la parte de la totalidad de la clase obrera cooptada por el capital, alienada por el mismo y a servicio del sistema capitalista. Creo, sinceramente, que el problema radica en esto. Y la solución: En cómo lograr primero recuperar la conciencia de clase y en cómo conseguir que este logro se extienda a la totalidad del proleta-riado, para cambiar radicalmente el sistema capitalista; por su opuesto, puesto que otro que no sea el socialismo (el real), aún no ha sido inventado por la humanidad doliente y esclavizada. Y, en todo caso, si así no fuese, el levantamiento ciego de la humanidad oprimida, resultará otra tragedia. Y vuelta a empezar de nuevo, si algo y alguien quedasen para explotar. Que quedará.

Herminio dijo...

Y agradecería, también, tu parecer sobre el comentario:
Decididamente, se trata de un buen análisis, creo que en casi todos los aspectos. Pero también pienso que sigue existiendo un núcleo central en la clase obrera que continua siendo esencialmente determinante para la totalidad del proceso productivo capitalista. Y claro está que ha quedado en minoría, a medida en que se han ido desarrollando y perfeccionando los medios de producción, gracias a los avances científico técnicos, en progresión constante, bajo dominio del capital. Sobre ese núcleo es sobre el que, el mismo, pretende el dominio y sometimiento absoluto. No obstante, también me parece cierto que, aunque este núcleo central llegase a recuperar la conciencia plena de su papel, e intentase rebelarse, sus fuerzas resultarían nimias e insignificantes, una mínoría exigua comparada con la parte de la totalidad de la clase obrera cooptada por el capital, alienada por el mismo y a servicio del sistema capitalista. Creo, sinceramente, que el problema radica en esto. Y la solución: En cómo lograr primero recuperar la conciencia de clase y en cómo conseguir que este logro se extienda a la totalidad del proleta-riado, para cambiar radicalmente el sistema capitalista; por su opuesto, puesto que otro que no sea el socialismo (el real), aún no ha sido inventado por la humanidad doliente y esclavizada. Y, en todo caso, si así no fuese, el levantamiento ciego de la humanidad oprimida, resultará otra tragedia. Y vuelta a empezar de nuevo, si algo y alguien quedasen para explotar. Que quedará.

Anónimo dijo...

Coincido en gran parte con el análisis, aunque me parece u tanto excesiva la polarización: sindicatos mayoritarios-15 M, como si no hubiese más agentes sociopolíticos. Pienso por ejemplo en otras fuerzas sindicales, algunas muy minoritarias, otras con cierta presencia (como CGT) que tienen otros horizontes y planteamientos

Il Gatopando dijo...

Me ha gustado su análisis. Creo que refleja muy bien la situación en que nos encontramos. Personalmente mi simpatía está con el 15M. Veo a los sindicatos como parte del sistema, no en vano se financian en buena medida directamente del Estado. Y, sinceramente, dudo mucho de que el sistema se pueda reformar desde dentro.

El 15M plantea muchos interrogantes. Esa es su debilidad, ésa es su fuerza. A mi entender responde mucho mejor que los sindicatos al reto que nos plantea el sistema en el siglo XXI. Es necesario un cambio de conciencia que de ninguna manera veo cómo podría ser promovido por los señores Toxo y Méndez.

Apoyo con entusiasmo, eso sí, la iniciativa de convocar una huelga de consumo para el 29 de marzo. Hoy por hoy, solo podemos representar una amenaza al sistema en nuestra calidad de consumidores y no de trabajadores. La iniciativa, por supuesto, no ha partido ni de UGT ni de CCOO. Estos se mueven en unos parámetros, a mi entender, ya superados.

Antes o después, deberemos afrontar la disyuntiva que la aparición del 15M plantea a los sindicatos.

Galileo dijo...

Me ha gustado mucho su análisis ¡enhorabuena! creo que es un fiel reflejo de la realidad.

Anónimo dijo...

SOLO E PODIDO LEER EL ARTICULO QUE SE TITULA "El 29M ¿contra la reforma laboral o contra el 15M?" Y DICE COSAS MUY CIERTAS Y A LA VEZ MUY OBVIAS PARA LA GENTE QUE SE INFORMA.
ESCRIBO CON LA INTENCION DE SABER SI LA SOLUCION PARA USTED ES QUE SE HAGAN ESE TIPO DE HUELGAS, NO TIENE UNA ALTERNATIVA MAS RADICAL? POR EJEMPLO INVENTAR LA MANERA DE DESTRUIR LA MAYOR CANTIDAD DE LAVADORAS DE MENTES INGORANTES COMO ES LA TELEVISION? CREO QUE LA GENTE GANARIA MUCHO. ATENCION CREO QUE LA TV ES UN INVENTO FENOMENAL PERO LASTIMA QUE ES USADO PARA DESTRUIR MENTES.EL SEGUNDO Y MAS IMPORTANTE CAMBIO SERIA EL CREAR OCUPACIONES PRODUCTIVAS SIN FINES DE LUCRO. TERCERO (EL UTOPICO, POR DESGRACIA) DESARMAR A TODOS LOS HABITANTES Y A CONSECUENCIA DESINTEGRAR EL PODER MILITAR Y POLICIAL. NO MAS PRISIONES!! LA GENTE QUE NO QUIERA HACER NADA PRODUCTIVO PARA NINGUNA PERSONA APARTE DE SI MISMA DEBE ESTAR EN LA MONTAÑA PICANDO PIEDRA, LOS VIOLADORES Y SEMEJANTES MUTILADOS Y LIMITADOS PARA NO PERMITIR QUE COMETAN MAS CRIMENES SEMEJANTES, SON MUCHAS LAS COSAS QUE HAY QUE CAMBIAR PERO LA PREGUNTA ES... QUE PORSENTAJE DE PERSONAS A NIVEL MUNDIAL DE ENTRE TODAS LAS CLASES SOCIALES QUERRIAN CAMBIAR ESTE SISTEMA? YO CREO QUE MAS DEL 70% RESPONDERIA QUE ASI ES DESDE QUE TIENE MEMORIA Y QUE SE COMPORTA DE ESA MANERA PORQUE TODOS SON ASI. NO ES MUY PRODUCTIVO MI COMENTARIO TENDRIA QUE PASARME DIAS MESES Y TALVEZ ALGUN AÑO PARA CRITICAR Y DAR LAS SOLUCIONES A ESOS PROBLEMAS, ME DA MUCHA PENA QUE LOS JOVENES MIREN AL CAMPESINO CON LASTIMA, SINDO LA PROFECION MAS CULTA, SANA Y GENEROSA QUE NOS PUEDE OFRECER LA VIDA!!!
VIVIR JUNTO A LA NATURALEZA Y DISFRUTAR EL UNO DEL OTRO SIN QUE NADIE SE DOMINE SINO QUE LOS FUTUROS ANCIANOS HAYAN TENIDO UNA VIDA DIGNA COMO PARA DESPUES PODER ACONSEJAR A JOVENES Y NO TAN JOVENES ACERCA DE LAS POSIBILIDADES DE LAS CUALES DISPONE.
UN CORDIAL SALUDO Y ESPERO QUE ENTIENDA DE QUE TODO TINE ALGO POSITIVO EN LA VIDA, LO COMPLICADO Y SIMPLE A LA VEZ ES DESCUBRIRLO.