viernes, 15 de marzo de 2013

Actualidad de la dictadura del proletariado, luego de la democracia. Un pequeño homenaje a Karl Marx a los 130 años de su muerte.




Una breve reflexión sobre una cita de Karl Marx que propone Jónatham Moriche para conmemorar los 130 años de su muerte

Le debo a mi querido amigo, Jónatham Moriche, la ocasión para esta reflexión. Para rendir homenaje a Marx, a los 130 años de su muerte, colgó en su página de Facebook esta cita, a la que sigue mi respuesta: « Esta acumulación originaria viene a desempeñar en la Economía política más o menos el mismo papel que desempeña en la teología el pecado original [...]. De este pecado original arranca la pobreza de la gran masa que todavía hoy, a pesar de lo mucho que trabaja, no tiene nada que vender más que a sí misma y la riqueza de los pocos, riqueza que no cesa de crecer, aunque ya haga muchísimo tiempo que sus propietarios han dejado de trabajar » Carlos Marx, El Capital, cap. 24


Yo completaría la cita de Marx diciendo que la dictadura del proletariado es al materialismo histórico lo que es el Apocalipsis a la teología, la introducción a un mundo sin "pecado original", donde los efectos de la acumulación originaria, a saber la desaparición de los comunes, la expropiación de los trabajadores, el monopolio de los medios de producción por las clases que gestionan el capital hayan desaparecido. Marx era perfectamente consciente de la correlación directa entre dictadura de la burguesía y dictadura del proletariado. Se trata de definir un plano histórico real en el que se despliegan dos violencias, es decir dos formas de actuación política al margen de toda legalidad, de toda norma preconstituida: la violencia que genera y reproduce la situación "normal" propia del capitalismo (la acumulación originaria, indefinidamente repetida) y la "violencia" que recupera, al margen de toda legalidad burguesa, los comunes y saca del mercado a la mercancía fuerza de trabajo para introducir el trabajo vivo, a los individuos productivos reales, en la comunidad democrática. 


Esto no es por lo demás, un problema de términos, sino de conceptos. Nos lo recordaba el maestro Louis Althusser muchos años atrás en su folleto de 1977 sobre el 22o Congreso del Partido Comunista Francés (1976). Para Althusser, la dictadura del proletariado es ante todo un concepto, un concepto del materialismo histórico y no una consigna política. Cuando en este Congreso, el PCF "abandona" la dictadura del proletariado, está deshaciéndose de un bagaje molesto que lo asociaba al desprestigiado legado del "socialismo real", pero al mismo tiempo, abandona toda una concepción de la realidad y de la historia que nada tiene que ver con ese socialismo sino con la teoría de Marx, y de hecho, con uno de sus aspectos estratégicos. Vale la pena citar el texto en que Marx mismo nos muestra la necesidad para quien quiera acabar con el capitalismo, de intervenir en ese plano real que se sitúa más allá del derecho, de la economía y de las formas políticas burguesas: "Por lo que a mí se refiere, no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de éstas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases..."(Carta de Carlos Marx a Joseph Weydemeyer, 5 de marzo de 1852).

Althusser es perfectamente consciente de esto. Como spinozista, sabe que una decisión de una autoridad política jamás podrá modificar la verdad de una demostración. El "abandono" de un aspecto fundamental del descubrimiento de Marx es sencillamente un disparate, pues se usa para distanciarse del stalinismo esa manipulación de la verdad que caracterizó al régimen soviético -ya a todas las demás teocracias- en sus peores momentos: "Todo esto -nos dice Althusser- se jugó naturalmente por encima del concepto, es decir del sentido teórico del concepto de dictadura del proletariado. Puesto que el "abandono" de un concepto teórico (que -lo recordaremos por si acaso- no es pensable por sí mismo, aisladamente, sino que hace cuerpo con un conjunto de otros conceptods) no puede ser objeto de una decisión política. Todo materialista sabe desde Galileo que la suerte de un concepto científico que refleja objetivamente un problema real con múltiples aplicaciones, no puede ser objeto de una decisión política. Se puede "abandonar" la dictadura del proletariado: la volveremos a encontrar en cuanto hablemos del Estado y del socialismo"."

Efectivamente, la dictadura del proletariado vuelve por la ventana cuando se la expulsa por la puerta. En cuanto se plantea seriamente el problema del Estado y el de la transición al comunismo (socialismo). Volviendo a la metáfora teológica que hemos introducido en respuesta a la de Marx, como en el Apocalipsis, esta transición no se hará sin una lucha contra el Anticristo en sus diversas formas. La abolición de todas las clases, que es obviamente la condición sine qua non de la democracia, sólo puede ser el resultado de ese combate apocalíptico sin norma moral ni legal común a los contendientes que es la dictadura del proletariado. Tal vez la etimología sea aquí útil. De hecho, la raíz griega del término "democracia", gobierno o más bien poder (kratos) del "demos", de la parte de los ciudadanos libres excluida por su desposesión, que en latín se llama "proletariatus", nos muestra que la dictadura del proletariado no es sino la democracia misma en su fase prelegal, preconstitucional, polémica, antagonista. No olvidemos que la "dictatura" era en la Roma republicana una fase breve de suspensión del derecho destinada a combatir la usurpación de poder de una persona o de una clase con ambiciones tiránicas en detrimento de la República. Temer a la "dictadura del proletariado" es no solo ignorar una tesis fuindamental del materialismo histórico, sino participar del temor que tienen todas las oligarquías antiguas y modernas, incluidas las "socialistas", a la propia democracia.

1 comentario:

Mauricio Troche dijo...

El segundo gobierno del Frente Amplio avanzaría en una cuestión central:Mejorar la "redistribución del ingreso" para así "disminuir la brecha de desigualdad". Según el Instituto Cuesta-Duarte del PIT-CNT, "el flagelo de las bajas remuneraciones afecta al conjunto de los trabajadores uruguayos"; 813 mil trabajadores tuvieron en 2011 un ingreso menor a 10 mil pesos líquidos mensuales. (Informe de Coyuntura 2012).O sea: más de la mitad de la fuerza de trabajo sobrevive en la precariedad salarial. Mientras en 1988 la masa salarial total representaba un 34% del Producto Bruto Interno (PBI), en 2011 fue de 32,3%. O sea: "la brecha de la desigualdad social" sigue favoreciendo a los más ricosQue la "bonanza económica" no derrama hacia abajo ya se sabía. Pese a todos los "planes sociales" más de 450 mil personas viven en la extrema pobreza, la mayoría son niños y jóvenes entre los 4 y 16 años. El gobierno lo reconoce tanto que ha decidido aumentar el "gasto" para atender a 30 mil hogares en "situación crítica" y a otros 100 mil que si bien "salieron de la pobreza" se mantienen aún en "situación de vulnerabilidad".Igual que la propaganda sobre la "ampliación de la clase media". El mapa de la injusticia social se puede ver a través del territorio fragmentado: en Punta Carretas, Villa Biarritz y Pocitos, la pobreza es el 2,7%; en Manga, Piedras Blancas, Marconi, Casavalle, Borro, Unión y Aires Puros, es el 64%. En el interior del país, la pobreza rural alcanza el 30%. Todas las encuestas dan que la cotización de Mujica viene a la baja. Igual que la gestión de su gobierno. Las ilusiones se fueron deshilachando. En el Frente Amplio registran el dato y proponen abrir un debate para "actualizar" las señas de "identidad". Porque a la izquierda (oficial), "no se le cae una idea, y no tiene otra respuesta que suavizar las medidas de la derecha" (Gerardo Caetano).Otros plantean avanzar en una "alternativa al sistema capitalista" (Partido Comunista); emular a la "socialdemocracia de los países nórdicos" (Partido Socialista), y hasta "aumentar los impuestos a la renta del capital". (Pedro Buonomo, uno de los economistas del "ala socializante" que asesora al presidente). POSTA PORTEÑA. Bienvenido el debate de ideas, pero si ese debate no incluye a la lucha de clases, la transformación revolucionaria de la realidad, quedará guardada en el cajón de los sueños rotos. Ojo con la desilusión, porque cuando opera, hace que el topo de la historia asome por dónde se le ocurra, y mirando a chile, me aferraría al refrán cuando veas ardes las barbas de tu vecino, pon las tuyas en remojo. Quiero creer que la humanidad avanza en un sentido como de políticas redistributivas, de derechos humanos respetados, de no ser tan obsecuente con el neoliberalismo, pero la reflexión viene por cómo se maneja el poder y la comunicación, hay una suerte de oficialismo obligatorio y buen conductista que apesta, en mi sindicato tuve que fumarme a un compañero argumentar que la lucha sólo por el salario no eleva la conciencia y no es revolucionaria, y todo porqué porque le dimos con el caño al gobierno porque creemos que no es decente ganar menos de una cuarta canasta básica, así que el compañero con responsabilidades y formación política, salió con ese cántico obsecuente y sabés qué no es creíble porque él solito gana U$S 2500, entonces está bien la cultura del posibilismo, pero si no rompemos con el capitalismo, o por lo menos con bajar la tasa de plusvalía para que todo trabajador gane por lo menos la media canasta, es una canallada hablar desde la panza llena. Salú